La Izquierda es un espectador exigente que se marcha a fundar su propio teatro en cuanto un acto no le gusta, aunque el resto de la función le parezca maravilloso. Podemos, está creando tantas expectativas, que lo más fácil es que acabe decepcionando a mucha gente, incluso aunque lo haga bien.
Es curioso, y parece que lo lógico es que no fuese así, pero lo cierto es que la Izquierda es muy intransigente, y no acepta con facilidad opiniones discordantes. Con demasiada facilidad se crean escisiones y grupúsculos que persiguen el mismo fin pero con pequeñas diferencias, como los frentes populares de Judea de la película de los Monty Python, y ni siquiera una guerra civil sirvió para mantener unidos a una Izquierda atacada. La Derecha es diferente, lucha unida y luego ya se verá cómo repartirse el botín.
Ahora tenemos otro momento clave en la historia de España, y la pregunta es si conseguiremos mantener la cabeza fría, y no perderla. Ya hay muchos analistas políticos que están desgranando los motivos del avance de Podemos, pero esa no es la cuestión de la que quiero hablar, lo que me preocupa es que a la gran mayoría de votantes de este partido político, no les valgan avances y mejoras parciales, y exijan un todo. Me explico; aunque es difícil que al final ganen las elecciones y Pablo Iglesias sea Presidente del Gobierno y mucho más que lo hagan con mayoría absoluta (ojo, digo difícil, aunque no necesariamente imposible), aún así, eso no significa que puedan hacer todo lo que les venga en gana. Va a haber cosas difíciles de hacer y sobre todo de hacer pronto, y aunque hagan muchos avances en las instituciones y en economía, controlando a los bancos o reorganizando los impuestos, (que no bajando, porque pagar impuestos es de izquierda, no lo olvidemos), aún así, siempre habrá quién les reproche no ser lo suficientemente duros con la Iglesia o no conseguir cambiar la constitución o no insultar directamente a la Merkel. Cualquier gesto de diplomacia hacia los mercados o cualquier foto amigable con un empresario del IBEX35 decepcionará a muchos que quieren ver en Podemos al Ángel Vengador de todas nuestras desgracias, y esa decepción velará cualquier avance que hayan hecho, cualquier mejora. Para muchos, se habrán vendido al Capital, y buscarán a cualquier otro partido en el que volcar sus frustraciones, anulando cualquier posibilidad de continuidad de Podemos y de su proyecto.
Puede parecer una visión demasiado pesimista, pero no es la primera vez que ocurre. Ese es el problema de crear demasiadas expectativas, y sobre todo, de crearlas en personas que piensan que gobernar es fácil. ¿cuántos votantes de Podemos son así? En las elecciones lo iremos viendo.