¿Somos todos corruptos?

Hace poco, vi la entrevista de Jordi Évole a Gerardo Iglesias, fundador de Izquierda Unida y diputado en los 80 que renunció a su puesto y volvió a su trabajo en la mina de carbón. De su entrevista se podía vislumbrar a un hombre desilusionado con la política y cansado, pero lo que hizo que se me encendiera una lucecita fue lo que dijo sobre la corrupción. A grosso modo, lo que dijo es que el Régimen Franquista era corrupto, porque por definición, todas las dictaduras lo son. La Transición Española no acabó con las estructuras franquistas, no hubo una revolución o una limpieza de las instituciones y de sus cargos, (recordemos por ejemplo que los Fabra son una saga que han gobernado Castellón desde el siglo XIX) por lo que las estructuras y la mentalidad de 40 años de uso de lo público al antojo, no cambió.

Esta reflexión me hizo pensar, porque yo recuerdo perfectamente lo que ocurría hace tan solo 20 o 25 años. Ahora nos parece raro, porque con la crisis está muy mal visto que alguien diga que se escaquea de su trabajo o que roba de la oficina, pero hace esos años, si decías que trabajabas todas tus horas y te esforzabas por la empresa, todo el mundo pensaba que eras un tolay. De hecho, si trabajabas en una oficina y no te llevabas lápices y folios o en una fábrica y no te traías piezas y materiales, eras el raro. ¡Cuántas veces me han dicho a mí que no comprara folios que me los traían del trabajo!. Ante cualquier conflicto moral que nos surgiera, siempre encontrábamos alguna justificación; o porque todo el mundo lo hace, o porque bien se aprovechan ya los jefes, o porque es como una parte del sueldo…Curiosamente esa era también la justificación de las tarjetas Black de Caja Madrid, ¿Qué no es lo mismo? no lo tengo yo tan claro.

Todos los casos de corrupción que asolan este país no se pueden explicar solo por cuatro personas malas que se han corrompido, sino que son muchas personas que se han aprovechado de un sistema de permisividad hacia la corrupción y en el caso de los políticos, de sistemas para financiar ilegalmente sus partidos, pero, ¿cómo se explica que haya alcaldes que ganan las elecciones incluso después de ser detenidos por corruptos o que el PP de Valencia no note en las urnas los casos de corrupción y el mal uso del dinero público en obras absurdas? Hasta ahora, al menos, hemos sido una sociedad corrupta y como muy bien nos recordaba Gerardo Iglesias, aquello de que el que no tiene padrino, no se bautiza, sigue estando vigente, si no, ¿cómo se explica la figura del Pequeño Nicolás?

Hay muchas cosas que pasan en la actualidad que parecen sacadas de las obras costumbristas de Arniches, pero ciertamente, esas estructuras de la España Franquista se han mantenido. Los enchufes, el tráfico de influencias…Alguien que se mantenga honesto hasta el final es la excepción, cuando debería serlo el corrupto, tanto en la empresa pública como en la privada, lo que ocurre es que de esas no nos enteramos. Pero la corrupción en la empresa privada también existe; los comisionistas, los enchufes, los ascensos bajo criterios que nada tienen que ver con el que trabaja mejor…todo eso entorpece el crecimiento de un país. El famoso pelotazo de los 80 en que era preferible vender cualquier empresa con beneficio a otra empresa extranjera y llenarse los bolsillos rápido que trabajar y crear una multinacional que generase mucho más a largo plazo. Eso es España y así somos como sociedad. No nos olvidemos.

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